Segunda instancia de las jornadas de reflexión y diálogo "30 (y pico) aniversario de estudios de envejecimiento en la Facultad de Psicología
El 22 de octubre tuvo lugar la segunda instancia de las jornadas de reflexión y diálogo “30 (y pico) aniversario de estudios de envejecimiento” en la Facultad de Psicología. Esta actividad, titulada “Nuevos desarrollos teóricos sobre el envejecimiento”, se realizó en el salón de actos Élida Tuana de la Facultad de Psicología de la Universidad de la República (Udelar).
En esta oportunidad, la actividad, transmitida en vivo por el canal de YouTube de la facultad, se centró en las exposiciones de las docentes Adriana Rovira y Mónica Lladó y el también docente Fernando Berriel. Además, intervinieron las docentes Gabriela Etcheverry y Luciana Bogliaccini (de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo) y el exdocente Robert Pérez.
Este encuentro reunió a especialistas para reflexionar sobre la historia y la evolución de este campo en la Facultad. Se subrayaron las dinámicas políticas, sociales y económicas que han influido en el estudio del envejecimiento, así como la importancia de cuestionar las visiones convencionales. A lo largo de las presentaciones, los oradores exploraron el envejecimiento como un proceso construido políticamente, enmarcado en contextos sociohistóricos, y abogaron por enfoques críticos que consideraran las estructuras de poder y el contexto de vida de las personas mayores.
Adriana Rovira abrió su intervención resaltando la importancia de comprender el envejecimiento desde una perspectiva política y sociohistórica, en lugar de una puramente biologicista. Describió cómo, a lo largo del tiempo, esta área se había enriquecido gracias a aportes colectivos y al desarrollo de múltiples marcos teóricos, especialmente desde la gerontología crítica y el feminismo. Para Rovira, este enfoque más amplio permitía ver el envejecimiento no solo como un fenómeno biológico, sino como un proceso afectado por relaciones de dependencia y marcos económicos y políticos. Desde esta óptica, el “estar vivos” en la vejez incluía dimensiones afectivas y colectivas que invitan a repensar el papel de las personas mayores en la sociedad.
Mónica Lladó, por su parte, presentó avances de su tesis doctoral, la cual explora el rol político de los jubilados y las personas mayores en la seguridad social de Uruguay. Explicó los efectos adversos de las políticas neoliberales, que, en el contexto de la Ley de Urgente Consideración, redujeron los espacios de participación de las personas mayores y debilitaron sus derechos. Lladó detalló cómo este marco de políticas consolidó la percepción del envejecimiento como una carga económica para el Estado. A través de un análisis histórico y teórico de la seguridad social, la ponente mostró cómo estas ideas limitan la agencia de las personas mayores y las posicionan como un sector pasivo, en lugar de reconocer su potencial político.
Posteriormente, Fernando Berriel recordó el recorrido de los estudios de envejecimiento en la Facultad, desde la creación del Servicio de Psicología de la Vejez en la década del 90. Berriel remarcó cómo, desde un inicio, se cuestionaron las visiones asistencialistas y biologicistas en favor de un enfoque más amplio y dinámico. Inspirado en la gerontología crítica, sostuvo que el envejecimiento debía entenderse como una producción subjetiva marcada por la interacción social y no como un proceso puramente médico. Esta perspectiva, que integró ideas de distintas disciplinas y contribuciones latinoamericanas, promovió un cambio en la forma en que la sociedad y la academia podían aproximarse al envejecimiento, transformándolo en un tema activo y de gran impacto social.
Gabriela Etcheverry elogió la importancia de incluir una perspectiva política en el estudio del envejecimiento, afirmando que desafiar los esencialismos en psicología era esencial para comprender mejor el envejecimiento en contextos situados y sociohistóricos. Valoró el compromiso colectivo de los investigadores en este ámbito, resaltando la importancia de espacios de resistencia que permitieran una reflexión sobre “cómo estar vivos” en la vejez. Etcheverry consideró fundamental que la psicología mantuviera su atención en experiencias situadas y en cómo estas influían en las personas mayores, así como en los vínculos de complicidad y amistad política que se construyen en este trabajo colectivo.
Desde una perspectiva interdisciplinaria, Luciana Bogliaccini y Robert Pérez compartieron sus reflexiones sobre el envejecimiento. Bogliaccini abordó el tema desde el urbanismo y el diseño, con énfasis en cómo una arquitectura cuidadosa puede facilitar la integración social de las personas mayores y promover un envejecimiento activo. La ponente resaltó que la calidad de los entornos urbanos influye directamente en la capacidad de interacción social y de participación de las personas mayores en la vida pública. Pérez, en tanto, añadió que aún persisten desafíos en torno a la fragilidad y vulnerabilidad con que a menudo se caracteriza a las personas mayores. Señaló que superar estas percepciones requería una implicación política y emocional que desmantelara las construcciones sociales limitantes, permitiendo una mirada más digna hacia el envejecimiento.